Hoy es el Día Internacional de las Mujeres Rurales, un tercio de la población mundial donde el 43 por ciento se considera agrícola. Estas mujeres labran la tierra y plantan semillas para alimentar a diversas naciones, además de garantizar la seguridad alimentaria de sus poblaciones y prepararlas frente al cambio climático.
Hay mucho que agradecerles y, por ello, es necesario que todas las personas unamos lazos para evitar que sufran de manera desproporcionada la pobreza. También, uno de los factores negativos que le atañe es que no disponen del mismo acceso que los hombres a la tierra, a los materiales agrícolas y a los mercados o cadenas de producto, aunque sean productivas y buenas gestoras. Su acceso a los servicios públicos también está limitado como, por ejemplo, la educación, la asistencia sanitaria, las infraestructuras, el agua o el saneamiento. Estas labores no suelen ser ni visibles ni remuneradas, además de encontrarse en peores condiciones que los hombres del campo.
Estas mujeres son parte de nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Pueden tomar decisiones sobre el uso de los recursos y las inversiones, priorizando el interés y bienestar de la temprana edad, familias y comunidades. Deberían influir, a su vez, para que las instituciones presten más servicios públicos y mejoren sus infraestructuras.
Desde AFS Formación, planteamos una solución en forma de igualdad, donde hombres y mujeres convivan en un espacio en el que el respeto y el acceso equitativo sean la base de esta contribución. Apostamos por la incorporación del enfoque de género en políticas agrícolas, por un aumento de la propiedad de tierras de las mujeres, de una mejora del acceso a la financiación de inversiones para el cambio climático y por una ampliación de las oportunidades de participación.
¡En AFS Formación, la igualdad es la marca de excelencia! Hagamos que sea la de todos.